Alrededores de Manali.- Himachal Pradesh.- India.- Julio 05
Pasear por los entornos de Manali tiene un encanto especial. Se trata de una pequeña ciudad al norte de India. Sientes como si se hubiera parado el tiempo. Es el balcón del Himalaya en India.
Y esta es una escuela. Un sotechado de una casa particular, con su maestra al fondo, la del trapo rojo en la cabeza. La media clase de atrás despistada, se gira por la presencia de un guiri. La mitad de adelante, aún no se ha percatado, atiende la clase de frutas y verduras. Incluso hay un voluntario que es el que señala la pieza en cuestión cuando es preguntado.
Desde las formas más improvisadas como esta, hasta las más organizadas y oficiosas, así son las escuelas en India. Llenas de libertad y alegría. Las actividades didá
cticas si son posibles al aire libre mejor. Y siempre palparás ese ambiente de alegría contagiosa, donde los niños van y vienen, donde se lo pasan bien aprendiendo.Una sonrisa con curiosidad ¿Quién será este? ¿Qué se le ha perdido por aquí? ¿Llevará mucho tiempo? ¿Qué va a sacar de la mochila? ¿Qué le llama la atención de nosotros para tirar una foto?
Una sonrisa un tanto avergonzada. La quieren esconder un poco tras el muro. A excepción de la nena del centro, se gira y te la explota de frente, con esos papos tan característicos. ¿Charlarán entre ellos con su lenguaje tan peculiar? ¿Qué se estarán diciendo unos a otros?
En cualquier esquina del mundo, independientemente de nuestros recursos, del entorno donde nos encontremos siempre es posible una linda sonrisa. Y en el día a día, en Palencia, si transito de una forma más posada me doy cuenta las manifestaciones de AMOR que hay a cada segundo en cada esquina. Una pareja que va de la mano, el canto de un pájaro, el barrendero limpiando la ciudad. Motivos por los que mi rostro se ilumina con una sonrisa, de gratitud.
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