domingo, 4 de enero de 2009

tibetana


La gratuidad de la sonrisa.
No te conozco, no sé quien eres,
solo pasas por aquí,
y toma, lo de
mejor de mí,
lo que puedo regalarte siempre,
mi alegría.
Un instante, un detalle temporal tan mágico, el mejor momento de la sonrisa.
Preciosa la nena, con esos papos tibetanos, su trajecito a juego con los colores de la casa y casi siempre jugando solas. No necesitan de los mayores para divertirse, basta la alfombra-felpudo que tiene entre manos para jugar toda una mañana. Y se imagina que es voladora, y viaja por todo el mundo, con sus padres, e intenta doblarla, manosearla; y observa los colores, señala las marcas de costura con sus dedillos como si de caminos de ensueño se trataran. No necesitan de juguetes ni de la atención constante de los mayores, desarrollan su imaginación. Van a su aire, entran, salen, saltan, bailan.
Y por supuesto como todas las sonrisas de los niños me llega la inocencia, la pureza y la confianza, divertirse. Eres una preciosidad. Gracias nena y lau

Foto Lau.- Tíbet.- Octubre 06

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