domingo, 4 de enero de 2009

inolvidable



Ceuta.- Abril 04
Así fue la tarjeta de presentación de Adriana: una bonita sonrisa. Y claro para mí fue inolvidable. Al igual que son inolvidables las sonrisas de complicidad de Susana por Palenzuela o la sonrisa de mi hermano que me regaló al verme, una tarde
de mayo cualquiera que le fui a buscar al trabajo. Si esta es tú tarjeta de presentación conmigo ya nunca te olvidaré.
Adriana es uno de esos regalos que me ha dado esta vida. Nos conocimos porque no nos quedaba otro remedio. Íbamos a compartir una furgoneta llamada Priscila durante un viaje por Marruecos hasta la cima del Toubkal.
Nuestras conversaciones llenas de sonrisas y alegría llenaban las horas de furgo, carreteras y caminos marroquíes
, marchas montañeras. Y así cuajó una amistad eterna que aún hoy permanece con más fuerza y cariño que nunca.
Y cada vez que me manda un email, una conversación por teléfono desde tan lejos consigue hacerme reír, consigue quitar importancia a las cosas e impregnarlas de humor. Sus sonrisas me llegan también por estos medios más ciber.
De ti aprendí y aprendo
muchas cosas. Sobre todo a permitirnos que aflore nuestra sabiduría interior que llevamos todos dentro. A respetar nuestros estados de ánimo que como tú dices:
siempre son pasajeros. Me enseñaste a sentirme más libre, a permitirme hacer lo que realmente me gusta, a perder miedos y confiar en la vida.
Y así es Adriana, siempre con la sonrisa por delante porque ella ha elegido que sea su tarjeta de presentación. No es de extrañar lo feliz que eres, la gente tan amable de la que estás siempre rodeada, y lo agradable que es estar a tú lado.
Ahora entiendo el por qué de
tu vitalidad
, optimismo, juventud radiante, entusiasmo por la vida, aceptación con lo que te pasa. Gracias por tú sonrisa.

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