domingo, 4 de enero de 2009

sonrisas fin


Finisterre.- Camino de Santiago.- Julio 05.-
Una de las experiencias más bonitas, enriquecedoras, sanas, e inolvidables que se puede permitir realizar una persona es el Camino de Santiago. En el encontrarás la vida en su esencia
. Desde el primer día el Camino te enfila, desde el primer minuto, desde el primer paso te pone en conexión con lo que es realmente importante en esta vida. Y una de esas manifestaciones de nuestra vida fácil y sencilla es la alegría, en forma de sonrisas.
A tú vuelta del Camino ya no serás el mismo, algo se habrá removido en ti. Si estás abierto y dispuesto, tendrás muchos aprendizajes, muchos darse cuenta de lo que es importante.
El Camino de Santiago son
sonrisas de bienvenida en el albergue, sonrisas con apretón de manos con las presentaciones de tantos peregrinos de todo el mundo que conocerás, sonrisas al compartir el suelo para dormir, la fruta para comer, el silencio del amanecer, curar las ampollas de los pies y la sonrisa de llegar, la satisfacción de llegar cada día y algún día a tú meta interior.
El Camino de Santiago es una sonrisa permanente, con la naturaleza, con las gentes de las localidades por donde pasas y con los propios caminantes. Es una sonrisa permanente ya que estoy conectado con la esencia de mi vida. Me enseñó que con una pequeña mochila se puede transitar por el mundo, me enseñó el valor del encuentro verdadero con las personas.
Allí no existen médicos, abogados, barrenderos, TODOS SOMOS UNO, todos nos ponemos unas zapatillas y a caminar, todos somos iguales en este Camino. Y me enseñó el valor del desapego, te encuentras con personas y no queda otro remedio que dejarlas libres, por muy bien que conectes.
Que ligero transito cuando la mochila está poco cargada, que libre, me siento. Eso es, el recuerdo que me viene relacionado con el Camino de Santiago es el sentimiento de libertad.
Foto con fin, así es. Última noche en el Camino, Finisterre, después de contemplar uno de los atardeceres más bonitos de mi vida. El silencio lo envuelve todo a medida que el sol va cayendo al mar. Silencios. Inmediatamente después la alegría, entusiasmo, sonrisas por haber llegado al final.
Maite la chica del centro tiene una sonrisa que cautiva. Ella es una de mis madrinas viajeras. Gracias Maite por el encuentro tan bonito que tuvimos. Estoy seguro que el Universo nos regalará otro encuentro, en París, en India, en Palencia o sonriendo por el CAminO dE sAntIAgO.

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