Nueva Delhi.- Noviembre 2006.- Villé y su amigo.
Niños que viven deambulando por las calles de Delhi, otro de tantos. Coincide con todos ellos en regalarme su sonrisa, ya sabéis que solo sirve como regalo.
Estos niños no entienden de castas, estatus económicos y sociales, no entienden de pasaportes, nacionalidades ni fronteras. Te ven sonreír y ni se lo piensan, no entra su mente a razonar. Te la devuelven inmediatamente y les tienes a tu lado, para compartir más sonrisas, para jugar, para reírnos de la vida, de las prisas de la gente, de las vacas.
A pesar de todas estas coincidencias, Villé me sorprendió. Nuestro encuentro fue con una sonrisa!!!!!! Muy diferente al resto de nenes que les han enseñado los mayores a pedir con cara de lástima y de sufrimiento. Incluso al principio creía que era un chaval que acababa de salir del colegio. Ya quería un encuentro conmigo para pasarlo bien, compartir un poco de mi tiempo, para ver qué podía aprender, qué objeto occidental podía tener entre sus manos.
Es una pasada, es guapísimo. Su pelo tan suelto, su rostro con esa piel mulata de terciopelo, suave, suave, los dientes tan blanquitos, perfectos y sobre todo y por encima de su apariencia física, SU SONRISA Y SU ALEGRÍA.
Estos niños no entienden de castas, estatus económicos y sociales, no entienden de pasaportes, nacionalidades ni fronteras. Te ven sonreír y ni se lo piensan, no entra su mente a razonar. Te la devuelven inmediatamente y les tienes a tu lado, para compartir más sonrisas, para jugar, para reírnos de la vida, de las prisas de la gente, de las vacas.
A pesar de todas estas coincidencias, Villé me sorprendió. Nuestro encuentro fue con una sonrisa!!!!!! Muy diferente al resto de nenes que les han enseñado los mayores a pedir con cara de lástima y de sufrimiento. Incluso al principio creía que era un chaval que acababa de salir del colegio. Ya quería un encuentro conmigo para pasarlo bien, compartir un poco de mi tiempo, para ver qué podía aprender, qué objeto occidental podía tener entre sus manos.
Es una pasada, es guapísimo. Su pelo tan suelto, su rostro con esa piel mulata de terciopelo, suave, suave, los dientes tan blanquitos, perfectos y sobre todo y por encima de su apariencia física, SU SONRISA Y SU ALEGRÍA.
Al colega le estaba ofreciendo escribir, dibujar algo en la libreta, y quizás primero tenía que haberle dicho cómo coger el bolígrafo. Me pasa a menudo, doy por supuestas en las personas cosas, experiencias que no tienen por que darse.
Agradecerte los momentos de diversión que hemos pasado juntos por las calles de Delhi, y por tu sonrisa que siempre permanece dibujada en tu rostro. Gracias
Compartiendo acera con mujeres y bebés que también poseen esa condición de vida en la calle. No se distingue edades, sexo ni religión. Eso si, saben que la sonrisa les ayuda a pasar un buen rato, olvidarse de tener que pedir por un momento, o quizás a partir de ahora para siempre. Basta que así lo desee para que se produzca.
Muestra todo alegre el “tatuaje indi” que se acaba de hacer en la palma de su mano. Sigue sonriendo hasta con una chapati en la boca. Al fondo el vaivén-callejero-indi. Que aproveche!!! salud y sonrisas!!!
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