domingo, 4 de enero de 2009

conquistadoras


Boca de Yumurí.- Guantánamo.- Cuba.- Noviembre 2005

La sonrisa con nata de Pawuan, y esta de José Manuel y José Ramón son especiales. Quizás sea por la vinculación personal, en cualquier caso forma parte ya de mi vida como inolvidables, recordándolas a diario por lo mucho que me transmiten.
Mientras que José Ramón muestra
esa sonrisa picarona, espabilada de cualquier niño cubano la de José Manuel es tierna, tranquila, y muy cariñosa. La del primero es explosiva, instintiva, viva. La del segundo se gestaba poco a poco, tiene una sonrisa muy observadora. Y lo que es el campo vibratorio emocional, siempre acaba junto a José Manuel que es con el que coincido en nuestra forma de ser. Jugábamos juntos, nos bañamos en el río, en el mar, paseábamos por la playa, dormíamos en el mismo camastro, me ofrecía su mano para que se la cogiera y caminar ambos por un entorno de ensueño: Boca de Yumurí, la esquina oriental de la Isla, donde acaba todo.
Con esta sonrisa normal que me conquiste, es el culpable que siga vinculado a su familia y al poblado. Creo que de esta sonrisa nació Proyecto Yumurí. Es lo que mi amigo-osote-viajero llama chantaje emocional sanote.
Pues que todos mis chantajes emocionales sean así, porque me sientan genial.
Llevan una vida muy sencilla, en armonía con la naturaleza. Sus actividades diarias se basan sobre todo en la mera subsistencia: Alexis, el papi, a pescar algo por si llega algún turista. Magdalena, la mami, las tareas del hogar y completar ingresos con lo que se pueda en el momento. Los nenes a la escuela que tan bien funciona en Cuba.
No te preocupes José Manuel, la
próxima vez te llevo las canicas que te prometí, quiero sentir ese cosquilleo por mi cuerpo al compartir nuestras sonrisas. Así será.

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